domingo, 27 de marzo de 2011

Todos los blancos tienen un reloj, pero jamás tienen tiempo.


Hay una gran diferencia entre la vida que conocemos nosotros, la del continente Europeo y la del continente Africano. Los africanos tienen otras costumbres, sus paisajes tienes otros colores y la comida otros sabores. A pesar de ello África es un continente casi desconocido por nosotros, como dice el refrán.  
Una de las diferencias que más me ha llamado la atención es la existencia  simultánea de tres mundos, diferentes pero ligados entre sí. Uno sería la realidad visible y tangible como por ejemplo los seres vivos, piedras, el agua… El segundo es el mundo de los antepasados, aquellos familiares muertos que intervienen en la vida real, pueden influir en ella y modelarla. El tercer mundo  es el reino de los espíritus, son independientes pero viven dentro de cada ser. Por ejemplo para los africanos el árbol Acacia tiene un gran significado: ayudó al pueblo africano a luchar contra los invasores. El mundo espiritual está al frente de estos tres mundos.
Sin embargo en nuestra vida se podría decir que solo existe un mundo, el visible y tangible. Para nosotros cuando un familiar ha muerto  nos sentimos mal los primeros días y nos acordamos de él, pero con el tiempo acabamos haciendo una vida normal sin que él intervenga.  En nuestra cultura tampoco hay un mundo espiritual ya que la mayoría de las personas no somos religiosas, algunas creemos en la existencia de Dios,  pero no en todos los espíritus en los que creen los africanos.